FILOSOFIA EMPRESARIAL Y EDUCACION PROFESIONAL
¿Qué buscan las empresas en sus profesionales?
¿Qué esperan los profesionales de sus empresas?
Estas y otras muchas interrogantes se suelen responder o dar soluciones a través de la capacidad o habilidad de las partes (empresa y profesionales) para unificar o conjugar sus propios intereses. Eso que parece, en principio, una obviedad básica, hay multitud de empresas buscando la formula mágica integradora y motivadora entre intereses laborales y personales.
En algunos ámbitos se considera utópico albergar dicho objetivo y en otros lo persiguen con criterios innovadores y evolucionistas. Partimos de la base que todas las empresas buscan una eficiencia y una productividad de sus trabajadores, no obstante los caminos o líneas de actuación pueden ser diversos en función del talante de las empresas y de las características de sus profesionales. Así hay entidades empresariales con una cultura o filosofía de empresa que centran sus desarrollos empresariales en las personas o profesionales que están detrás de sus tecnologías, procesos y procedimientos y otras que para nada se ocupan de conocer o profundizar en el equipo humano en el que se apoyan para defender una posición competitiva en el mercado.
¿De las dos tipologías de empresa cual es la de mayor éxito empresarial?
Si nos atenemos a las múltiples encuestas que hay a nuestro alcance en las que se repasa los factores críticos de las empresas de éxito, seguramente no habría duda que en la actualidad son las empresas que analizan y profundizan en el factor humano las que obtienen un índice de efectividad empresarial importante. Además son las empresas mas admiradas y deseosas entre los profesionales de mayor talento.
La filosofía empresarial identifica "la forma de ser" de una empresa, también se habla que la cultura de empresa tiene que ver con los principios y valores empresariales, todo ello es tanto como decir que es "la visión compartida de una organización".
La cultura de empresa se manifiesta en las formas de actuación ante los problemas, oportunidades y situaciones de cambio de la propia gestión empresarial. Los valores empresariales constituyen el núcleo de la cultura empresarial, aportan un sentido y orientación a la gestión de la empresa y trazan una línea de actuación a la "diaria empresarial".
Así el conjunto de valores definen el carácter fundamental de la organización, creando un sentido de identidad y pertenencia en ella, y propiciando un comportamiento ético (profesional, personal y social) y una capacidad flexible de consensuar metas comunes.
Justo en este punto de análisis del comportamiento ético de los profesionales, es donde debe centrarse el discurso de confluencia de intereses entre empresa y profesionales o de intereses laborales o profesionales.
Si las empresas a través de ese comportamiento ético y responsable aspiran a ser eficaces y productivas para los intereses de sus socios y accionistas, parece razonable que sepan compensar y reconocer ese desempeño con una retribución adecuada y una formación que refuerce y recicle los conocimientos propios del puesto así como unas habilidades que desarrollen sus competencias en línea con sus intereses tanto profesionales como personales de forma equilibrada.
Esta formación complementaria, para algunas empresas, puede resultar contradictoria a corto plazo, sobre todo si se compara con las exigencias del puesto. No obstante, si esta acción la situamos con un escenario de medio plazo ligado con el potencial profesional de cada persona puede resultar muy atractiva de cara a completar, madurar o consolidar, progresivamente, su carrera profesional pre-directiva, fundamentalmente, mejorando la visión global de empresa.