PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 4                                                                                                    AGOSTO-SEPTIEMBRE 2002
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CRITERIOS DE CONVERGENCIA






Los varemos con los que se quiere evaluar a una sociedad casi siempre se enuncian en el entorno de los valores económicos, de modo que se concluye en dictaminar las medidas como si fueran la radiografía social de un pueblo.

El PIB, la tasa de inflación, el crecimiento económico, la renta per cápita, el déficit estatal, el superávit presupuestario, etc. son los considerandos para estructurar a los distintos estados en categorías de progreso. Así, se viene a determinar los criterios de convergencia para acceder a grupos con mayor trascendencia internacional.
El problema se plantea cuando detrás de esas cifras, que reflejan situaciones económicas, no existe una verdadera estructura social que las sustenta. O sea, cuando al progreso económico no se corresponde un progreso social real.
Si para la evaluación de una sociedad, o la concertación de un grupo, se admitieran más criterios que los económicos, es posible que del análisis de la misma se desprendiera una divergencia entre el progreso económico y la realidad social.
Valorando otros parámetros como pueden ser el grado de escolarización, la tasa de mortandad infantil, la precariedad en el empleo, el número de médicos por habitante, la curva de distribución interna de la renta, la siniestrabilidad laboral, la tasa de natalidad, etc. etc. es como realmente se puede concluir un juicio sobre el objetivo progreso de una sociedad.
Solamente en una sociedad materializada se puede concebir la economía como el único factor capaz de proyectar beneficio a los ciudadanos. La garantía jurídica y la seguridad pública suelen estar en las encuestas entre los factores más valorados por una sociedad. Dado que el objetivo del bienestar social es conferir a los individuos la posibilidad de alcanzar el mayor grado de felicidad, sólo será real cuando los parámetros del bienestar económico se concreten en actuaciones positivas para la población.
Los criterios de planificación y convergencia, por tanto, no deben reflejar sólo estados de la economía, sino marcar objetivos reales de la eficaz gestión de los recursos sobre los ciudadanos. Asumiendo objetivos de aplicación es como realmente se planifica hacia el progreso, en el que la economía es medio, no fin.