REVIVIENDO LOS ADJETIVOS POÉTICOS
Sublimar un texto, ya sea poético o no, con estética
y significaciones ingeniosas, es menester de todos los que abordamos al
oficio de escribir. En uno de los caminos, podríamos recurrir al
uso de los olvidados adjetivos poéticos y a una versión remozada
de éstos. En su mayoría, los podemos identificar por sus
terminaciones más comunes: -reo(a) de pertenecer,
-vago(a)
de vagar —errantismo, imprecisión—, -fero(a) de llevar, -fugo(a)
de huir, -fluo(a) de fluir, destilar y -voro(a) de comer;
para ejemplificar citaremos el término “lucífero” que significa
“resplandeciente”. Muy aparte de poseer una musicalidad muy agradable y
un marcado concepto poético, tanto la terminación correspondiente
como las demás se prestan para poner a prueba nuestra imaginación
y constituir nuevos términos que enriquezcan el panorama de los
textos y rescaten del abismo del desuso a los adjetivos poéticos.
Y así como alguna vez la locución “límpido” fue un
artificio esgrimido por algún innovador, podemos diseñar
nuestras propias palabras. Al hacer esto, estaríamos cumpliendo
una de las funciones requeridas por muchos escritores: crear palabras cuando
las que se tienen al alcance no sirven para trasmitir lo que se siente.
Ellos vislumbran en estas construcciones un camino aun más fructífero
tanto para la poesía como para todas las expresiones literarias.
De esta manera, rememorando y basándonos
en los adjetivos poéticos, cuasi arcaísmos, podemos esbozar
adjetivos como “gelífero”, que se podría conceptualizar de
diversos modos, pero esto se lo dejo a la destreza del lector. Sin embargo,
podríamos ensayar un ejemplo poético: “El personaje exhalaba
un hálito que llevaba frío al extremo”, pero aplicando el
neologismo podría decirse: “El personaje exhalaba un hálito
gelífero”.
Cabe resaltar que los recursos neológicos
son los que nos permiten accionar de manera lúdica para crear estas
palabras, denominadas neologismos. Guiándonos de estos recursos,
propios de nuestra lengua, construiremos consciente y correctamente los
términos que integraremos a lo establecido, dinamizando nuestra
lengua y recuperando parte de ésta: los términos poéticos,
más específicamente los adjetivos.