PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 64                                                                                        SEPTIEMBRE - OCTUBRE  2012
página 10

COMUNICACIÓN VIRTUAL

 
Teóricamente la comunicación virtual abarca las comunicaciones en que los intervinientes preservan su identidad de una relación física mediante una forma telemática que evita el compromiso expreso de la propia personalidad. Ahora bien, como la comunicación virtual es una actividad dinámica, es muy posible que aproximarse a dar una definición concisa la haga quedar superada en poco tiempo por la realidad social. Una característica que posee es un cierto anonimato que permite reproducir de uno mismo la imagen ideal que se quisiera dar, y así difundir una personalidad virtual paralela a la propia realidad de cada persona.
Para muchos la única comunicación virtual es la que se ha creado al amparo de internet, pero conviene recordar que las redes de radioaficionados existentes desde decenas de años antes servían a tal utilidad. También en el último tercio del siglo pasado surgieron agrupaciones telefónicas de chat, que mediante conexión conjunta de líneas podían compartir experiencias de modo virtual. Incluso programas radiofónicos y televisivos, como los sigue habiendo hoy, se han diseñado para servir de comunicación abierta para cuanto se quiera decir a la comunidad, u opinar en línea sobre un tema propuesto moderado por un profesional.
No obstante, la difusión de internet y su instrumentalización por las redes sociales son las que han extendido la comunicación virtual a dimensión global por el uso común de las computadoras personales y las variantes de telefonía digital. Foros de discusión, grupos de correo, chat, tablones de anuncios, retratos personales, agendas de grupo... son iniciativas de comunicación virtual extendidas y consolidadas en el mundo desde páginas web, redes sociales y blogs, dirigidos a personas de toda edad, cuya implicación se suscita en razón de que el contenido de la posible comunicación converja con la ilusión mental de cada partícipe.
¿Favorecen a la sociedad las posibilidades la comunicación virtual? Ha sido su implantación tan masiva y rápida que su impacto sociológicamente tardará tiempo en evaluarse. Entusiastas y críticos aducen valores y deficiencias, aunque estas últimas parecen ignoradas por la contundencia de su utilización, por lo que quizá la reflexión hoy en día más pertinente puede ser sobre el marco de libertad que ampare o restrinja la adición a esa forma de comunicación. La vertiente positiva puede estar en la proximidad de intercambiar contenidos culturales, participar en juegos, interesarse por temas de sociedad, establecer amistades, practicar idiomas, compartir información, expansión sentimental, etc. La vertiente negativa es la de que todas esas posibilidades puedan construirse tan al margen de la realidad que constituyan un ideal que condene a la mente a vivir en unas coordenadas ficticias alejadas de las relaciones físicas en las que se desarrolla la vida real. Se puede elegir inconscientemente vivir en una prisión telemática cuya atracción puede vulnerar el interés debido a las relaciones que configura el mundo como realmente es y no como se cuenta que es.
 

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