PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 67                                                                                        MARZO - ABRIL  2013
página 4

EL DERECHO A SER JOVEN

 
Si existe un antecedente moral a la libertad, este es el reconomiento intelectual de la identidad particular que garantiza la independencia de la personalidad. El yo propio puede ser el sujeto que actúa los actos de cada individuo, pero hasta que no se alcanza conciencia de esa realidad no se puede considerar que el uso de razón ha alcanzado la madurez. Comprender la realidad exterior que los sentidos muestran a la mente es más entendedera que poder definirse cada uno a sí mismo, siendo esto, aunque es lo que en teoría está más próximo al entendimiento, lo que exige la expecífica función humana de la reflexión, que no se muestra tan evidente como lo que penetra a través de los sentidos. Por ello es lógico que, una vez descubierta la propia identidad, la personalidad que la define se muestre como lo más trascendente para la conciencia humana. Concebido así, en cada estado de desarrollo de la persona humana la personalidad sigue al ser, pudiéndose hablar de una personalidad en la juventud, en la madurez, en la tercera edad, en la ancianidad. Ella dependerá de la conciencia que se tenga por la propia experiencia sobre el ser y su conexión con la realided existencial, que variará a lo largo de la vida de acuerdo a la exposición de los influjos externos.
Sobre el jóven prioritariamente influyen dos factores que van a determinar su proceso mental: Uno es que como nuevo ser carece de prejuicios experienciales, salvo los que le pueda infundir el entorno, que aun asimilados suelen evolucionar, más pronto que tarde, según el juicio crítico; otro, que sus lógicas relaciones han de ser mayoritariamente con otros jóvenes, por lo que la interpretación de la realidad se realiza desde parámetros similares de entendimiento, que progresivamente determinan qué estructura de pensamiento es la que se elige para la configuración de la propia personalidad. La caracterización diferenciada de la personalidad en la etapa de la juventud puede considerarse como inestable por la falta de experiencias personales, pero ello mismo también puede entenderse como un estado de virginidad mental capaz de aceptar las intuiciones más genuinas sin la tiranía de la decadencia del sometimiento a la configuración socialmente establecida.
Reinvindicar la juventud un propio modo de ser en un mundo dado puede ser tachado de ingenuo idealismo, pero lo cierto es que el mundo que se les ofrece no sólo no es el mejor de los posibles, sino que puede ser considerado como un conflictivo e inadecuado sistema de relaciones en el que los hombres en él sumergidos no aciertan a descubrir su irracionalidad. Es lógico que quienes llegan de nuevo a integrarse sean quienes más facílmente detecten los errores y fallos, tanto de aplicación de la teoría del sistema que se les da a conocer, como de las incoherencias de formulación del propio sistema. Desde ese juicio crítico se conprende la reinvindicación al derecho de intentar rediseñar las relaciones sociales sobre argumentos sociales que integren valores humanos proscritos por la sociedad en la que le toca vivir a cada nueva generación.
 

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