PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 72                                                                                      ENERO - FEBRERO  2014
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EL REFERENTE ELECTRÓNICO
 
Hace algunas décadas el acceso a la electrónica se limitada en la mayoría de la familias al uso del teléfono, la radio y la televisión. Disponer de otras tecnologías se encontraba  reservado al muno de los negocios, tanto por su elevado coste como por la capacitación para su comprensión y práctica. Pocos años después esos medios han ido llegando a la mayoría de los profesionales y a las universidades, y muy poco después han invadido el hogar, la escuela, el automóvil, el bolso y demás lugares que se quiera admitir como rincón posible habitable. De este modo, la última generación nacida en la mayoría de los países dispone desde su niñez de la referencia electrónica como el medio de compañía más atractivo, que permanentemente puede paliar el aburrimiento o la soledad. El conocimiento del mundo exterior se comprende desde los medios electrónicos, sembrando con su afinidad la posible duda mental de si el referente principal es el contexto electrónico en el que se vive, lo que se ha llamado el mundo virtual, o la realidad de los seres que comunica la electrónica.
Lo mismo que durante décadas para muchas personas la referencia de la verdad estaba en los contenidos de la radio y la televisión, hoy puede ser que se preste parecida confianza a los contenidos de los accesos posibles de los medios electrónicos, ya sean blogs, juegos, chats, webs o redes sociales mucho antes de que se configure en la personalidad la capacidad crítica para enjuiciarlos; además cabe el riesgo de caer en la dependencia de la permanente conexión, por el requerimiento de la atención que requiere la continua conversación con los de allá, con grave perjuicio para los de acá con quien acaba compartiendo más presencia que convivencia. Esta adhesión a la tecnología electrónica, como todas las cosas que atraen de modo desmedido a la mente, puede causar dependencia especialmente en cuanto más retribuye la satisfacción de los sentimientos, ya que se constituye como el mejor referente que ofrece lo que se gusta obtener. Ya sean los juegos, la curiosidad, la actualidad, el look, el cine, la sexualidad, la música, etc., las redes sociales y demás accesos electrónicos permiten una confraternización anónima que desinhibe, aún a los más tímidos, de disfrutar una realidad virtual con la que llenar las horas del día y la demanda de satisfacción de los sentimientos.
El control que cada cual parece poseer respecto a esa posible dependencia no se hace objetivo hasta que alguien ajeno lo evalúa, o cuando se pierde la posibilidad de acceso a los medios con que ordinariamente se cuenta y se sufre de ansiedad. Además de la falta de convivencia con la propia familia, puede conllevar el que se abandone la creatividad del dominio de todo lo que sea ajeno a la electrónica, con lo que supone de empobrecimiento cultural de la personalidad. Por ello, cuanto más en una sociedad se impone el referente electrónico, se hace más necesaria una creciente atención en la educación de que los medios electrónicos son instrumento y no fin, por lo que la importancia que se les concede es un criterio subjetivo que hay que saber dominar como cualquier otra posible atracción que pudiera alejarnos de la realidad de las responsabilidades de la vida social, que es donde se desarrolla auténticamente la vida de cada persona.
Podría ser al caso recordar que no es la electrónica la que aporta creatividad al hombre, sino que esta se concibe de modo similar a cómo es el ser humano, quien fijándose en su estructura de conocimiento la plasma en aquellos medios que la pueden potenciar. Este ha sido el itinerario que ha inspirado el teléfono a modo del lenguaje humano; a modo del sentido de la vista, la televisión; a modo de la memoria de su mente, las memorias electrónicas; como la forma de procesar el cerebro, las computadoras; a modo de la imaginación, los juegos; del modo de relacionarse las personas, las redes sociales. Existe el peligro que las nuevas generaciones piensen que la técnica electrónica forma parte de esa naturaleza que dicta el proceder del hombre, y se olviden por tanto que no son más que máquinas inventadas que les permiten operar más rápido y transportar la información más lejos, por lo que sería bueno insistir en la educación que la iniciativa de la creación siempre corresponderá a la intuición de la  inteligencia, que es la gran potencia de su realización existencial.
 

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