../tematico.html PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 84                                                                                     ENERO - FEBRERO  2016
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DISTINCIÓN EN LOS SENTIMIENTOS

 
Abundando sobre las ideas expresadas en artículos anteriores sobre los sentimientos (ver Emociones y sentimientos y Sentido, sensibilidad y sentimiento), se puede acometer la tarea de tratar de clasificar alguna distinción entre los mismos en función de las causas que los motivan o las formas de que se sirven como vehículo de su respuesta.
En el binomio acción / reacción que supone la comunicación de los seres vivos con el exterior, y consigo mismo en la reflexión, los sentimientos se corresponden, desde la perspectiva de su generación, a la parte de reacción o respuesta, o sea, principalmente son reacciones habituales con las que el sujeto responde según su capacidad natural a determinados actos comunicativos de otro ser exterior. Se matiza que sea desde la perspectiva de generación, porque los sentimientos una vez constituidos como hábito actúan también como inductores de la voluntad en la orientación de sus respuestas, por lo que en esos actos debe reconocérseles una posición activa que va a modular la acción hacia otros seres, o sobre la propia conciencia propiciada por el conocimiento de sí.
La distinción esencial según sea la causa que los produce procede de que sean respuestas habituales de la mente a percepciones del conocimiento sensible, o respuestas del entendimiento a los juicios intelectuales sobre las abstracciones e ideas sobre ellas formadas por intuiciones intelectuales. Los sentimientos que se generan desde el conocimiento sensible afecta a los seres vivos con sentidos externos y órganos de computación internos que los capaciten para tener actividad mental. Los sentimientos que se generan siguiendo a la actitud de la razón intelectual sólo los poseen los seres vivos dotados de inteligencia. Esto hace que hombres y animales compartan tener sentimientos semejantes, pero sólo en el ámbito del conocimiento sensible, no en el intelectual, existiendo por tanto entre los mismos una distinción de rango de sentimientos cualitativa y no cuantitativa, como se puede aceptar esta última entre las diversas especies porque tengan más o menos capacidad sensible.
Respecto a la distinción de los sentimientos como reacción cabe también admitir una distinción en que la respuesta esté orientada hacia la relación exterior, o hacia el propio ser; por ejemplo: de afectos a otras personas, o hacia la propia estima; de ambición de bienes materiales, o de sabiduría; el del dolor solidario, o el egocentrismo. Normalmente se consideran los sentimientos creados a partir de las causas sensibles más proclives a repercutir en las relaciones externas, y los que proceden de causas intelectuales en la actividad interior, pero no siempre es así, pues el sentimiento de educar o enseñar causado como un hábito intelectual suele implicar tanta o más aplicación exterior que interior.
 

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