9107.html PAPELES PARA EL PROGRESO
DIRECTOR: JORGE BOTELLA
NÚMERO 91                                                                                  MARZO - ABRIL  2017
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DIETA EDUCATIVA

 
La creciente atención social a la dieta escolar es un índice del interés de los padres a cómo se contribuye desde los colegios a la salud de sus hijos. En cambio, parece que no se corresponde un mismo interés por el programa educativo, aunque el mismo sea un componente fundamental para la conformación de la personalidad de niños y jóvenes.
Es muy posible que ese desatención ilustrativa tenga su origen en la confianza en los programas educativos de los profesionales, pero no es menos cierto que estos también están influidos por los grupos de presión ideológicos que conminan a la autoridad pública a diseñar la enseñanza según sus particulares intereses. Así, igual que los padres requieren que las escuelas enseñen los buenos hábitos culinarios, especialmente cooperando a superar el antojo en el consumo alimentario, lo que a veces en sus mismos hogares consienten, del mismo modo deben preocuparse de que la educación se dirija más a ordenar el buen funcionamiento del pensamiento para saber interpretar los conocimientos que a la mera acumulación de los mismos, como si se tratara de objetos de consumo.
En los últimos tiempos, los aires del consumismo liberal han propiciado la decantación pragmática de la enseñanza hacia el utilitarismo de los conocimientos, algo parecido a como si la dieta de los comedores escolares se dirigiera a crear niños obesos por considerarlos más saludables que cuando crecen más delgados pero más ágiles. Así se ha ido suprimiendo horas lectivas dedicadas a las humanidades en favor de las científicas, como si las disciplinas que se dirigen a enseñar a pensar no fueran imprescindibles para el buen fin de la ciencia.
Favorecer el consumo de conocimientos es algo que predomina en las percepciones que a los educandos les llega a través de los medios de comunicación; en cambio, el por qué de los valores éticos, que priorizan la realización del ejercicio del bien sobre la satisfacción del disfrute de lo bueno, apenas encuentra cabida en la difusión de esos medios, cuando lo más trascendente para la conformación de la personalidad es cómo utilizar los conocimientos.
Del mismo modo que en el comedor escolar se recomienda prodigar la dieta de frutas, verduras, pescado, legumbres... aunque no sean las preferidas de los alumnos, igualmente es muy favorable el que no se reduzcan los contenidos de filosofía, ética, historia, literatura, lengua... pues en ellos se aprende a proyectar sobre la sociedad una correcta aplicación de la física, la matemática, la química... Son las disciplinas sociales las que ayudan a interpretar en servicio del hombre las demás ciencias de la naturaleza.
Criticar el uso desproporcionado de las nuevas tecnologías o el desapego a las buenas costumbres por los menores carece de eficacia real si en la enseñanza no se les está dotando de herramientas intelectuales capaces de regular el autoconsumo. Crecer en altura y corpulencia es un indicador de la necesaria atención al desarrollo equivalente del control sobre la razón y la voluntad que van a definir la orientación de la creatividad y la responsabilidad para el futuro.
 

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